La historia del hilo
El arte de hilar fibras para formar hilo es tan antiguo que sobrepasa las fechas históricas. La hilatura es un acúmulo de conocimientos y pequeños avances tecnológicos por parte de millones de hombres a través de miles de años. En Europa central en el fondo de los lagos Constanza y Ginebra se han encontrado algunos manojos de lino limpio, listo para ser convertido en tela. Es la primera vez que se encuentra una tela donde este pueblo de la edad de piedra había aprendido a hacerla entretejiendo gruesas fibras de hierba, porque se cree que los hombres primero aprendieron a tejer antes de aprender a hilar ya que había siempre fibras y hierba a mano y era sencillo tejerlas. Más tarde aprenderían a hilar sus hebras para hacer con ellas telas para sus prendas de vestir. Cuando se inventó el arte de hilar , la lana se convirtió en el material más útil para hacer vestidos para los que vivían en climas fríos ; por el contrario en Egipto lo más usado fue el fresco lino.
En la cultura china se desarrolló la seda como fibra y a partir de aquí pasó a otros países: India, Persia y Grecia (dónde se consideraría como un artículo de lujo) y a Roma. La cría de los gusanos de seda llego a España en el s. VIII, en Sicilia y Nápoles en el s. XII y en Francia en el s XVII.
Según los historiadores, en el antiguo Egipto y en India se usaba el huso suspendido, que se hacía girar como un trompo en la mano del hilandero, y a dejarse caer, estiraba y torcía las fibras. El huso, era un palo de madera, fino y puntiagudo por ambos extremos. En uno de ellos tenía una muesca para sujetar el extremo de la hilaza que se enrollaría sobre él. Se le hacía dar vueltas y vueltas. En el medio tenía una especie de disco o rueda, lo bastante pesado para girar con suavidad y de forma uniforme.
La primera ayuda mecánica para el hilado a mano fue el empleo de la rueca, donde una banda o correa se hacía pasar de la rueda al huso. De esta forma, al girar la rueda el huso se movía a mayor velocidad que cuando se hacía con la mano. El primer país en usar la rueca fue la India. Más tarde en la Edad Media pasó a Europa y se sabe que en el s. XVI se empleaban dos tipos de ruecas: Jersey y Sajonia. A mediados del VIII e hilado era uno de los principales negocios de Inglaterra; un tejedor llamado Hargreaves ideó un torno de hilar que hiciera más de una hilaza a la vez, pero esta era muy gruesa y tosca. Más tarde Ricardo Arkwright patentó una máquina que podía hilar muchas hebras a un mismo tiempo y a su vez cada hebra era hermosa y fuerte. Pero la perfección no se adquirió hasta que Samuel Crompton patentó su mula de hilar.
Estas tres invenciones modificaron radicalmente el proceso de hilado que todavía aún hoy está en contínua evolución.
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